lunes, 14 de diciembre de 2009

Facebook y el test de productos


El test de productos ha llegado por fin a las redes sociales, y concretamente a Facebook.

Bloguzz es una web que permite a los bloggers recibir productos y opinar sobre ellos con total libertad. Para ello, los bloggers deben registrarse. A partir de este momento, las marcas inscritas en Bloguzz se encargan de seleccionar los blogs más afines a sus intereses, les mandan sus productos para que los pruebes y experimenten con ellos para que, finalmente, opinen sobre la experiencia en sus respectivos blogs.



La aplicación que se ofrece en Facebook es capaz de analizar autónomamente los gustos de los usuarios y clasificarlos según sus "honores" (etiquetas), es decir, qué afinidad tiene con el producto que el usuario ha seleccionado. Algunos de los distintos "honores" son "Happy Happy", "Negocios", "Cine", "Egomaníaco" o "Malas palabras", entre una selección de 23 de ellos.

Descargarse la aplicación requiere de tan solo unos instantes, y a partir de ese momento ya puedes empezar a apuntarte a promos. Además, puedes descargarte un widget directo a tu perfil de facebook, para que tus amistades puedan ver la etiqueta que más te destaca. De este modo, y publicitando la aplicación en tus feeds vas sumando puntos que se traducen en la adquisición de nuevos "honores" que te harán subir en el ránking de las empresas.

¡Yo ya me he apuntado a unas cuantas! Ya os contaré si me toca alguna, y qué tal la experiencia ;)

jueves, 26 de noviembre de 2009

El videoclub en casa

Si hasta ahora la gran excusa que teníamos para descargarnos gratis (¡qué bonita palabra!) películas en Internet era la falta de videoclubs cerca de casa, o su alto precio, esta semana he descubierto una buena alternativa para poder ser un poco más legales.

En esta página podemos encontrar una gran variedad de títulos para satisfacer nuestras necesidades de ocio, a un buen precio y desde la comodidad que nos ofrece nuestra casa. Una gran iniciativa promovida por El Periódico.com.

Los precios oscilan de los 0'99€ y los 2'99€, y tenemos a nuestra disposición una gran variedad de títulos, de todos los géneros, años de publicación y para todas las edades. El pago de este precio te permite alquilar las mejores películas para disfrutar de ellas durante 24 horas donde quieras.

Además, otro punto a su favor es el diseño de la web que, si bien sencillo, permite una descarga rápida de las páginas, y puedes visualizar sin tener que desplazarte por la pantalla las miniaturas de los títulos (evitando las molestias frecuentes en muchas páginas de cambios de ubicación de iconos de acceso, o de tener que desplazarte para ver toda la información antes de pasar a otra página).

Poco a poco deberíamos ir planteándonos olvidar ese dicho de que, si podemos tenerlo gratis, para qué pagar, pues sin darnos cuenta contribuimos a que suban más en precio de las creaciones audiovisuales, o la introducción de impuestos que encarecen el precio de productos multimedia como móviles, ordenadores, reproductores de música, etc.

Las únicas pegas que le encuentro (además de que no es gratis) es que su precio es un tanto alto en comparación con algunas ofertas que nos ofrecen los videoclubs de toda la vida como cobrar menos precio (alrededor de 1€) si las "devuelves" antes de 3 horas, o bien que discriminen en función de si son películas muy antiguas o si son últimos estrenos, con diferencias tan grandes de precio entre unas y otras.

Para terminar, os adjunto un par de capturas de pantalla que os permitirán haceros un poquito a la idea de cómo funciona el asunto.




miércoles, 25 de noviembre de 2009

Poco a poco...

...Nos vamos pareciendo a los finlandeses.

¿Recordáis la entrada del día 15 de octubre sobre la intención del Gobierno Finlandés sobre convertir en Derecho a Internet en un Derecho Constitucional? Pues bien, parece ser que dicha noticia ha llegado a los oídos de los miembros de gobierno en la Moncloa, quienes han propuesto incluir el acceso a internet con banda ancha de un mega de velocidad al servicio universal. Esto supone, ofrecer un servicio de calidad y a un precio asequible en cualquier zona, a partir del 2011. Así lo anunció la semana pasada el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián.

Bravo por la iniciativa. Ahora sólo falta que den más ayudas para que podamos comprarnos equipos que nos permitan acceder a la web, porque no veo otro modo con el que podamos hacer servir este futuro "servicio universal"...

jueves, 19 de noviembre de 2009

A la caza de dragones

Hace un par de semanas tuvimos la oportunidad en nuestra facultad de comunicación de ser sede del concurso Drac Novell por segunda vez. Aún así, cabe decir que en esta ocasión fue un poquito más especial, puesto que la pasada edición organizada en la UPF se había hecho en el Campus de Ciutadella debido a la falta de instalaciones apropiadas en el anterior edificio de Ramblas.

Este tipo de concursos a pequeña escala nos permite a nosotros, futuros profesionales de la comunicación publicitaria a tener contacto con lo que nos puede estar esperando una vez terminemos la carrera. Por una parte con nuestra participación en el concurso mediante la presentación de piezas gráficas, de radio, audiovisuales, o de estrategia en medios. Y por otra por la aportación de vivencias en primera persona de profesionales consagrados que cuentan su experiencia en varios ámbitos. Sin olvidar, claro, la posibilidad de visionar bobinas de la short list de festivales publicitarios de la talla de El Sol (San Sebastián).

Aún así creo que, siendo un concurso que pretende acercar este fantástico mundillo al grueso estudiantil, su estrategia comunicativa es bastante pobre desde mi humilde punto de vista. La comunicación entre los alumnos de publicidad y relaciones públicas de la UPF se limita a un emailing a principios de curso desde la propia facultad de comunicación, y desde la propia Associació Catalana de Publicitat, aninándonos a la participación con un redactado bastante plano (vale, sí, había destacados en negrita, exclamaciones y aumento de tamaño, tenéis razón...). Además de colgar cartelitos por la universidad, y disponer unas pisadas que indicaban el camino a seguir hacia el auditorio donde se celebraba el acto, no hay que olvidarlo. Ah, y un grupo de admiradores del concurso en Facebook, promovido por la asociación de estudiantes inscritos como voluntarios para organizar el acto seún tengo entendido.

Para próximas ediciones (y creo que no soy la única que lo cree necesario) propongo un planteamiento un tanto más innovador e interactivo con el público. Y es que, sabiendo que debe motivarse al consumidor y no limitarse a la simple comunicación, deberían promover la participación e incluso la simple asistencia al acto de un modo más activo. Los e-mails son una buena y barata herramienta, pero son mejores si son más atractivos a la vista. En caso de desarrollar y colgar carteles, algo muy necesario en un entorno como el universitario, deberían promover un concurso de diseño de carteles, o hacerlos más atractivos, puesto que almenos en mi caso, a simple vista nada me llamaba la atención para acercarme y leer de qué se trataba. Y lo que encuentro más necesario cambiar es la web de la Associació de Publicitat, puesto que para acceder al apartado del concurso se abre una ventanita desarrollada con flash de tamaño mínimo en el que tienes distintos apartados en los que para acceder a la información debes descargarte un archivo .zip, nada práctico desde el punto de vista de la usabilidad...

¿Por qué no se promueve la excelencia creativa desde las propias organizaciones, en vez de pedirnos que simplementem realizemos piezas creativas?

Un apunte final: Siempre he echado de menos poder visualizar las piezas ganadoras en la web, una vez terminado el concurso. La alternativa de buscarlas una por una en Youtube es demasiado árdua, además de dificultar la promoción de los alumnos que han ganado...

martes, 10 de noviembre de 2009

Comunicación instantánea

De vuelta a casa en tren, he estado leyendo La Vanguardia de ayer (por cierto, no sé a quién debo agradecerlo, pero creo que es una gran idea que nos den un periódico en la facultad). Como últimamente estoy un poco descolgada de la vida real, intentaba desentrañar los misterios del caso del secuestro del Alakrana más allá de lo que oigo por las mañanas en las noticias de la radio o de la televisión, por lo que me he leído hasta la última palabra de la doble página dedicada al caso.

A lo que iba, al final de uno de los artículos, me he encontrado con el siguiente párrafo:
"Durante su secuestro por las Brigadas Rojas en 1978, el político italiano Aldo Moro escribía cartas pidiendo que le salvasen la vida. En el caso del Alakrana, en estos tiempos de la comunicación instantánea, todo se hace por teléfono. Así, cuando hace unas semanas se interrumpió la comunicación por unos días, las mujeres de los marineros sintieron pánico. Ahora la línea está permanentemente abierta."

No he podido evitar reflexionar sobre este apunte que hace Anxo Lugilde sobre la ansiedad que nos provoca cuando los más modernos sistemas de comunicación que tenemos a nuestro alcance nos fallan. Nos lo tomamos como algo personal, como algo que es absolutamente imposible que pueda pasar. Si nos falla algún medio de comunicación como Internet, la línea telefónica, el móvil... nos desesperamos de tal modo que podemos ocasionar algun que otro desastre.

Si llamamos a alguien que se supone debe estar disponible para responder la llamada, muchas veces nos tememos lo peor. Quién no ha sufrido en algún momento la angustia de su madre/padre al ver que el abuelo/a no contestaba al teléfono, cuando se supone debe estar en casa; o el enfado que nos coje cuando Internet nos falla cuando se supone deberíamos estar terminando un trabajo, por poner algunos ejemplos.

Pero las máquinas no son perfectas, entre otras cosas, supongo, porque las desarrollamos nosotros, y estamos llenos de imperfecciones.

Precisamente hoy, también, he rememorado la ilusión de recibir una carta de un ser querido al que se tiene lejos. Porque, que a mi no me digan, es mucho mejor recibir noticias de los tuyos escritas de su puño y letra, aunque vengan mucho más tarde que nuestra querida comunicación instantánea, y aunque sean como complemento a las noticias diarias que recibimos de ellos por correo electrónico, Facebook, Skype o Messenger.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Tengo 216 amigos

Esto es lo que dice mi facebook. Pero entre tú y yo, creo que este dato excede totalmente mis capacidades, pues me veo totalmente incapacitada a mantener una relación suficientemente estrecha con todos y cada uno de mis "face-amigos" como para llamarlos eso, "amigos".

Muchos de nosotros hemos agregado masivamente a contactos con los que podríamos haber mantenido algún tipo de relación en algún momento de nuestras vidas, por pequeña que fuera, sólo por el hecho de poder ir sumando contactos y que los demás pudieran ver lo extremadamente abiertos que podemos ser, pues eso se traduce en cantidad de amigos, ¿no?. Sobretodo en nuestros primeros días en esos lares. [Lo reconozco, yo también he pecado].

Pasa lo mismo con los grupos a los que nos unimos. Nos alegramos fervientemente al ver en nuestra página de inicio que alguno de nuestros amigos se ha unido a un grupo con el que mínimamente nos podemos identificar, para así poder estrechar un poco más nuestros lazos.

Pero lo más seguro es que, aparte del momento en que te unes al grupo, no vuelves a entrar nunca más en esa página, hasta que decides hacer limpieza porque te das cuenta que ya estás unido a más de 90 grupos, y que puede que representen demasiados... Algunos de los mejores ejemplos que he podido ver últimamente de grupos curiosos han sido "Salgo más noches que el camión de la basura", "Noches sin freno, mañanas con Ibuprofeno", "Me encanta ir de compras" o "Yo nací cansado y con sueño acumulado" (también hay otros que suscitan mi admiración como "Empanarse", "Jo també he jugat al 1,2,3 pica paret" o "Yo también iva a la papelera a hacer punta para hablar con mis amigos").

jueves, 29 de octubre de 2009

¡Están locos estos romanos!


Hoy la cosa va de aniversarios. Y es que hoy Blancanieves y los siete enanitos cumplen 75 años, y Astérix y Obélix cumplen 50 años desde que Goscinny y Uderzo publicaran su primera tira cómica.

Pero también hoy se conmemora el 40 aniversario del día en que Charley Kline realizó el primer envío con éxito de un mensaje a través de ARPANET, el gérmen del actual Internet. Este estudiante de la Universidad de California quería mandar un mensaje a otro ordenador que se encontraba a 500 km de allí, en el Stanford Research Institute, pero sólo pudo teclear "lo", pues en este momento ambos ordenadores se colgaron (él quería mandar "login").

Esta red, que nació con propósitos militares (MILNET) y civiles (para universidades, ONGs, centros de investigación y centros de gobierno), evolucionó hacia la NSFNET (de la National Science Foundation) anulando en 1990 a ARPANET. Cinco años después, NSFNET fue retirada y sustituida por Internet comercial, ya que esta nueva red proporcionaba un servicio similar para los académicos norteamericanos a un precio menor. Aún y la variedad de redes que huubo antes de la actual Internet, hay que destacar por encima de todo estas redes se crearon abiertas a todo lo que se quisiera colgar en ellas. "La libertad ante todo" es la máxima que debe regir Internet.

Desde aquél día del año 1969 la cosa ha evolucionado bastante, y las posibilidades que nos ofrece la red de Internet dan para mucho más que para mandar un simple mensaje entre dos ordenadores.

La cuestión que llevo planteándome desde hace algunas semanas gracias a las aportaciones de mis compañeras/os de clase es si debemos poner algún límite a la libertad de expresión en la red, así como también la pregunta de qué nivel de privacidad tenemos en la red. Estas preguntas me están llevando de cabeza desde hace varios días y aún así no tengo ninguna respuesta clara al respecto. Espero poder daros una en breve.

Un último dato: según una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a 2.050 internautas españoles de entre 18 y 64 años, "Un internauta español paga 200 € más al año que uno francés". Por si no fuera poco, la mayoría de nosotros considera el servicio "deficiente" dado la lenta velocidad de conexión, que en la mayoría de las veces es mucho menor de la contradada (protesta a la que me uno, absolutamente).